Manuel Portero es un artista montillano autodidacta. Comenzó pintando al natural, luego dibujando líneas con acuarelas, y más tarde se dedicó a los collages. Estos días muestra sus ‘assemblages’ (obras tridimensionales en las que colocan diferentes objetos-no-artísticos muy próximos unos a otros), en una exposición colectiva en la Casa del Inca de Montilla.
¿Cuándo y cómo comienza a interesarse por el mundo del arte?
Desde pequeño, cuando iba a las iglesias de Montilla, ya me fijaba en los cuadros con motivos religiosos, así como en los retablos, etc. Creo que ahí, comienza ese interés por el arte. Comencé pintando por mi cuenta, y más tarde en la Escuela de Artes y Oficios he asistido a varios cursos y seminarios. He aprendido también mucho viendo trabajar a otros compañeros en sus talleres y visitando galerías de arte.
Recuerdo ahora la primeras Galerías que visité, en Córdoba, la galería Vivancos, era muy vanguardista para su época. Siempre que podía me escapaba a Sevilla a ver algo en la mítica galería Juana de Aizpuru, (en ella aprendí muchísimo). Sin olvidar la Galería Juana Mordó y la Theo en Madrid. Fueron mis escuelas.
Además, siempre me ha gustado mucho leer sobre arte, y sobre todo arte contemporáneo. El desaparecido periódico “El Punto de las artes” y la revista “Lápiz” han sido durante años mis lecturas habituales.
¿Su profesión tiene que ver con el mundo del arte o el crear es su hobby?
Por las mañanas soy empleado de banca, luego veréis que no tiene nada que ver con el arte. Pero para mí crear no es un hobby, es una necesidad vital. El día que no paso por el estudio, me falta algo. El artista siempre está creando.
¿Cómo definiría su estilo?
La investigación es fundamental para un creador. Comencé pintando del natural, luego dibujando líneas con acuarelas, más tarde empecé a elaborar collages. Hace años tuve una línea constructivista, más analítica, racional, medida. Actualmente mi forma de trabajar (assemblages y collages), se está desarrollando en formas rectas-curvas, que dialogan entre sí, creando unos espacios. Espacios que se ordenan alrededor de una línea o plano imaginario. Espacios creados en el silencio del taller, donde coexisten un tanto monacales, liricos.
¿Dónde busca la inspiración para crear?
Mi taller está en una antigua bodega familiar, de paredes encaladas, donde el silencio se respira por todas las salas. Comienzo a trabajar en mi mesa de trabajo. Generalmente sobre apuntes previos, un trozo de madera, encontrada, o hecha a medida. Ahí comienza el dialogo con la futura obra, van surgiendo nuevas formas, nuevos elementos van apareciendo, construyéndose la composición, hasta llegar a lo que será la obra definitiva.
¿Cuál es su objetivo cuando comienza una nueva obra?
Normalmente trabajo con maderas, mármoles, cerámicas, metales, de diferentes texturas y colores, también de diversas procedencias, a veces son los propios materiales los que te van guiando, y poco a poco, planteas la obra, la vas madurando, le hablas, te responde, a veces te enfadas con ella, porque no te da lo que esperas de ella, las piezas acaban encajando, hasta que está grande, madura.
Ha expuesto en varias colectivas tanto en España como en Europa, ¿qué tal la experiencia?
Exponer colectivamente es muy enriquecedor. Conoces a otros artistas, intercambias impresiones, ver tu obra junto a otras te hace verla desde otras perspectivas, y desde otros puntos de vista. Es magnífico ver tus creaciones rodeadas de otras de varios artistas diferentes.
Estos días se puede ver parte de sus ‘assemblages’ en una exposición colectiva en Montilla, ¿qué son los ‘assemblages’?¿qué podemos ver en esta muestra?
Assemblages’ son incorporar algo prefabricado a una obra, reunión de materiales. Siempre están manipulados por las manos de artista, para hacerlos suyos, personales. Actualmente tenemos una exposición colectiva en la Sala Alta de la Casa del Inca en Montilla:
‘7 Miradas’ son siete maneras
Está formada por Antonio Algaba, Marta Campos, Luis M. García, Manuel Méndez, Rafa Ocaña, Manolo Portero y Tony Soto.
La relación entre los autores no es conceptual, sino pura amistad, aportan parte de su taller y lo sacan a la luz, obras recientes, otras guardadas, un poco olvidadas, pero siempre rabiosamente actuales. La sala es pequeña pero muy acogedora, donde las obras dialogan en el silencio de un entorno casi conventual.
¿Qué ve un artista en lo que le rodea que no ven los demás?
Actualmente estamos comenzando el otoño, en Montilla, las viñas comienzan a dorarse. Un artista ve matices de ocres, amarillos, verdes cansados, grises perdidos, miles de luces, contrastes, susurros en el paisaje. Esto es un pequeño ejemplo de lo que un artista ve, que quizás otras personas no aprecian. Yo le llamo ver. Quisiera finalizar está charla invitando a que el público visite los estudios de los artistas. Que conozcan el lugar de la creación, cómo piensa, cómo trabaja, que está haciendo en ese momento.
4 Comments
Manuel del Árbol
(16 octubre, 2011 - 20:24)Manuel Portero, amigo querido y artista desde todo punto de vista (estético y ético) viene creando desde siempre con un tesón encomiable.
Mi amigo es insobornable. Él crea, disfruta y se implica. Está lejos de buscar motivos espurios. La sinceridad es un gran valor en él.
No entiendo de arte, pero no me preocupa demasiado. Al igual que con el vino de Montilla, no vale sólo entender, hay que decir: «me gusta».
Mi opinión no es cualificada, pero al igual que con el vino tengo que decir que el arte de Manuel Portero me gusta.
j.portero
(16 octubre, 2011 - 22:46)A veces los artistas que más trabajan para sí mismos, son los que más nos pueden aportar. Pues se pasan el día refexionando, en su taller en su puesto de trabajo. Es inspirador ver trabajar a este «perito mercantil por fuera y artista por dentro.´´
Paqui Quintero
(17 octubre, 2011 - 7:56)Estuve en la exposición «7 miradas» y me pareció muy creativa, actual y fresca, cada artista muestra una visión distinta de su entorno y de sus impresiones, muy interesante y recomendada.
Tengo la suerte de tener tres obras de Manuel Portero, son dos puntos de libro y un collage, cada una de estas obras me produce un sentimiento y unas impresiones que me trasladan al pensamiento de su creador, los puntos de libro me dividen y separan del ruido al silencio, del movimiento a la quietud.
Por otro lado el collage me abraza, acoge y envuelve en su composición, lo observo y me siento como parte de la obra que abraza todas las partes.
Vivimos momentos duros y conseguir que sintamos esto es resultado del trabajo de artistas tranquilos, frescos y cercanos.
Enhorabuena
Gas2011
(23 octubre, 2011 - 9:56)Parece complicado escribir de los trabajos de Manolo Portero, pero no lo es tanto, oyendole hablar de su obra y como se adentra y te introduce en ellas.
Para mi, ha sido y es un placer verlo crecer, evolucionar, depurar y reconstruir elementos anodinos en estructuras enmarcadas, cual pensamientos solidos.
Lo dicho un placer para los sentidos. enhorabuena Manolo.