Dos visitas guiadas, el 11 y 19 de agosto, permiten conocer qué prendas vestían los habitantes de la fortaleza roja
El Museo de la Alhambra, dentro del Palacio de Carlos V, organiza dos visitas guiadas (domingo 11 y 19 de agosto, 12 h) para enseñar al público la moda nazarí. A través de diversos objetos expuestos en la sala, la experta Carmen Mateos detallará qué prendas, zapatos, complementos y tejidos que utilizaban los moradores de la fortaleza roja.
La sala posee colecciones que demuestran la fascinación de los musulmanes por la seda. En los armarios de las mujeres predominaban las camisas, mantos y velos; en el de los hombres, trajes de lana gruesa, piel de cordero, conejo y zorro, túnicas cortas sin manga, calzones, mantos, gorros y cintos.
El sultán regló el uso de la vestimenta. El empleo de una ropa y tejidos determinados conllevaba un enorme poder simbólico en una sociedad, en la que la moda y la apariencia tuvieron un importante protagonismo.
Pese a lo que pudiera parecer, los hispanomusulmanes no usaban turbante, complemento que quedó para los cadíes, sabios y militares. En su lugar los nazaríes pusieron de moda un gorro alto, del que había una gran variedad de modelos.
Los más adinerados vestían ropas de tejidos caros y se colocaban encima de la camisa un blusón largo y recto de mangas anchas. La llamada ‘marlota’ era la prenda más lujosa, que generalmente era de un color vivo y de terciopelo o damasco.
Los interesados en las visitas pueden reservar plaza en el teléfono 958 027 900 /29 o en el mail museo.pag@juntadeandalucia.es.
Brasero califal, pieza del mes
La sala propone visitas al brasero califal, todos los sábados a las 12 h. En ella se detallará su uso en las casas hispanomusulmanas. El museo cuenta con uno labrado en piedra caliza, de forma octogonal con base plana, carente de patas.
Casa Nazarí de la calle Real, espacio del mes
La Casa Nazarí de la Calle Real, que actualmente y por motivos de conservación se encuentra cerrada a la visita pública, es el nuevo espacio del mes en la Alhambra. Permanecerá abierta todos los martes, miércoles, jueves y domingos, de 8.30 a 18 h, y se podrá acceder con la entrada general al recinto monumental.
La calle Real Alta constituía el principal eje de la Medina, en torno al cual se disponía la zona residencial y los talleres de artesanos que estaban al servicio de la corte nazarí. Su trazado partía desde la Puerta del Vino hasta la zona donde hoy se encuentra el actual Parador de San Francisco y el Palacio de los Abencerrajes.
Entre las edificaciones de la calle Real Alta destaca esta casa, construida en los últimos años del siglo XIII o primeros del XIV. En su esquina noroeste se encuentra adosado un baño, obra posterior, que sirve de entrada para ambos edificios, aunque posiblemente la casa tendría su propio acceso y entrada original por la citada calle.
La casa se organiza alrededor de un patio, con crujías de habitaciones en los cuatro lados, y una alberca central que permitía, por un lado, refrescar los cálidos veranos granadinos y mejorar la iluminación de las salas inmediatas, y por otro actuar como espejo reflejando en sus aguas la rica decoración de sus pórticos.
Alhambra natural
El verano es una buena época para contemplar la flora y fauna de la Alhambra. Durante la visita por el monumento se pueden encontrar flores como la Euforbia blanca (Monte nevado o Ramo de novia). Originaria de América del Norte, se trata de una especie de crecimiento rápido que alcanza en torno a los 60 cm de altura.
Su nombre latino genérico fue dado por Plinio en honor a Euphorbus, médico de cámara del rey Juba II, de Numidia (siglo I a.C.), que según la leyenda descubrió los principios venenosos del látex de estas plantas.
También se puede disfrutar del aroma de las Adelfas, concentradas en los jardines del Generalife. Esta planta de origen mediterráneo era utilizada como insecticida natural para plantas y animales. Es altamente tóxica, sobre todo si es ingerida, y su contacto puede producir dermatitis.
La Alhambra también es el hogar de los polluelos cernícalos primilla, en peligro de extinción. Estas aves fueron introducidas a principios de año y ya han crecido lo suficiente para volar. Todas estas anilladas para seguir su evolución. Están en cualquier rincón. Hay que estar atentos para divisarlas.