¿Cómo es un trasplante capilar?

Las técnicas, avances y resultados que se han llegado a conseguir con los trasplantes de cabello, han llevado a que sean cada vez más hombres los que se decidan por este retoque estético. Hace no tantos años, los varones debían llevar con resignación la alopecia prematura o utilizar métodos un tanto vergonzosos, como es el caso del peluquín. ¿Pero cómo es el implante de pelo? ¿Lo puede llevar a cabo cualquier persona? ¿Es un proceso doloroso?

¿Cómo se consigue trasplantar el pelo con éxito?

La alopecia es un mal que adolece a gran parte de la población mundial. Concretamente, España ocupa el segundo puesto en el ranking mundial, con un 42,6% de los hombres que comparten este problema. El trasplante de pelo es una opción considerada por muchos, pero a menudo, no saben en qué consiste esta operación, ni qué tipos y formas de trasplante hay en el mercado.

El trasplante de pelo o trasplante capilar trata de llevar nuevas unidades de folículos de las partes donde todavía suele crecer el pelo (normalmente se extraen de la nuca), hasta las partes de la zona frontal y la coronilla, que es donde habitualmente actúa la alopecia. Al ser pelo sano del propio paciente y en constante crecimiento, crecerá sin problemas de forma natural tras unos meses. Hoy en día gracias a todos los avances que existen, es posible no solo recuperar el pelo, sino volver a tener la densidad que se podría tener antes de comenzar a sufrir la alopecia. El éxito de este tipo de intervenciones reside en el nivel profesional de los expertos que las llevan a cabo, la calidad de las unidades foliculares del paciente y de una tecnología precisa acorde al trabajo milimétrico que se tiene que realizar.

¿El proceso es doloroso?

A diferencia de lo que pueda pensar la gente, el trasplante de pelo es una intervención indolora, muy sencilla y completamente segura. Se suele administrar al paciente anestesia local que elimina las molestias que pueda ocasionar el injerto. Esto ayuda a la operación, ya que el paciente se siente mucho más seguro estando despierto, y mientras tanto, puede distraerse mirando el móvil o la televisión.

Si la intervención se ha hecho por profesionales especializados con buen material, el resultado no tiene que dejar ninguna cicatriz en la cabeza del paciente. Será rápido ya que en una sesión, o como mucho dos, se termina el proceso de trasplante de cabello.

FUSS y FUE: las dos técnicas más utilizadas

El fin es el mismo y cada una tiene unas características únicas, pero como toda intervención clínica, existen dos técnicas predominantes a la hora de implantar cabello:

  • FUSS: en esta técnica, los folículos se extraen mediante una línea o banda muy fina, normalmente del propio paciente. Suele estar en la zona dorsal de la cabeza o en la parte lateral. A las dos semanas aproximadamente se retiran los puntos y como resultado queda una cicatriz imperceptible. Con esta técnica de implante el pelo que se obtiene siempre tiene una longitud mínima de 0,5 a 1 cm. FUSS es la opción más utilizada en todas aquellas personas que presentan una zona extensa de alopecia totalmente descontrolada, ya que se obtienen muy buenos resultados en cuanto a la densidad, ya que se injerta un gran número de unidades foliculares.
  • FUE: es la técnica más avanzada que existe, su método deriva de la implantación quirúrgica a través del microtrasplante. El proceso es un poco más lento, ya que trata de extraer poco a poco y de manera individual, cada uno de los folículos de la zona poblada de pelo sin necesidad de hacer cortes profundos, de manera que la maquinaria que emplean suele llevar una aguja muy fina que se mueve velozmente, y por tanto, tampoco deja cicatrices. Se trata del tratamiento más indicado para pérdidas controladas y pacientes que deseen llevar el pelo corto.